Que te den morcilla

El cocido madrileño tiene su origen en la olla podrida. Este guiso al que ya se refería Cervantes en el Quijote («… aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho…»), proviene de la época medieval, refiriéndose el término podrida o poderida a lo sustanciosa, contundente y alimenticia de sus poderosos ingredientes: la alubia roja y las carnes.
El cocido madrileño se dice que es de tres vuelcos. Primero se sirve la sopa con fideos (para ello hay que cocerlos en el caldo durante 5 minutos). Después se presentan los garbanzos en una fuente con las verduras: el repollo rehogado, la zanahoria y el nabo en rodajas. El tercer vuelco está formado por las carnes troceadas, las chacinas, el tocino y el tuétano de los huesos de caña.
Salsa Bechamel

La invención de esta salsa se atribuye así incorrectamente al cocinero francés, aunque es considerablemente más antigua, y fue llevada a Francia por los cocineros de Catalina de Médici. Es por eso por lo que en la actualidad italianos y franceses discuten sobre su origen. Lo que está claro de esta maravillosa receta es que ha ido cambiando a lo largo de los últimos 100 años, y hoy en día poco tiene que ver con la receta originaria.
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